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Cómo tener fuerza de voluntad + 3 ejercicios para entrenarla y hacerla crecer

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¿Tú también juraste alguna vez ante el espejo que nunca más abandonarías el gimnasio?

Ya sé que es el ejemplo más típico cuando se habla de tener (o no tener) fuerza de voluntad, pero ¡es que es tan realista!

También tenemos el ejemplo de la dieta.

O el de dejar de fumar.

Y también el de descansar del móvil los fines de semana.

O cualquiera de esos pequeños (o grandes) objetivos para los que necesitamos esa fuerza de voluntad que a veces parece que se esconde de nosotros.

Porque no siempre las cosas nos salen como pensábamos.

Empezamos muy fuerte, pero por el camino nos vamos desinflando y…

Otra vez será.

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¿Quién no tiene algún ejemplo de esos en su historial?

Con un poco de trabajo mindful por tu parte, se puede ganar fuerza de voluntad y convertirla en una herramienta a prueba de distracciones y trampas.

¿No ves la manera? Te la cuento.

✅ ¿Te preguntas cómo tener fuerza de voluntad? Aquí tienes algunas respuestas

Da igual cuáles sean tus objetivos o tus aspiraciones en la vida: sea lo que sea, necesitas fuerza de voluntad.

Y no solo hablamos de tener fuerza de voluntad para hacer ejercicio o dieta.

Quizá estás preparando unas “opos”, y ya no sabes cómo tener fuerza de voluntad para estudiar, porque parece que no vas a acabar nunca.

A veces, también necesitas fuerza de voluntad para dejar a alguien que te está haciendo daño o para dar un golpe de timón a tu vida.

Cambiar un hábito.

Emprender un negocio.

Ir a la luna.

Da igual.

Para todo lo que se te ocurra, necesitas una dosis de fuerza de voluntad.

“Muy bien. ¿Y qué pasa si no la tengo? ¿O si estoy cansado de intentarlo y fracasar?”.

Hay muchas personas que están firmemente convencidas de que no tienen fuerza de voluntad. A lo mejor lo que ocurre es que estás cayendo en algunas trampas que hay por el camino.

Vamos a identificarlas para luego poder trabajar.

✅ Estos 3 obstáculos te lo ponen difícil, pero te doy 3 soluciones para que consigas fuerza de voluntad

¿Te reconoces en alguno de ellos? Si es así, verás que también te he dejado un ejercicio para poder superarlo.

Vamos a verlos:

👉 1. Sesgo de negatividad: bueno para sobrevivir, pero no tan bueno para otras cosas

Podríamos decir que nuestro cerebro tiene tendencia a la negatividad. En general, las personas estamos más predispuestas a captar y procesar lo negativo antes que lo positivo.

Eso no es porque el cerebro tenga alguna tara de fábrica, todo lo contrario. Es un mecanismo que históricamente ha resultado muy útil para asegurar la supervivencia.

Con un cerebro más inclinado a percibir lo negativo (entiéndase como negativo cualquier peligro o amenaza), era posible defenderse mejor y más rápido.

Resultaba muy útil hace miles de años, cuando te iba a atacar un Tyrannosausus rex.

Ahora ese sesgo de negatividad trata de protegerte de otras “amenazas”:

  • Cambios vitales.
  • Novedades.
  • Incertidumbre.
  • Decisiones que implican riesgo, etc.

Te pongo un ejemplo: imagínate que has visto una nueva oportunidad de negocio, y decides transformar tu empresa y zambullirte en ese nuevo proyecto.

Todo el mundo te dice que es una oportunidad fantástica.

Pero una persona te dice que estás loco, que lo vas a echar todo a perder, que va a salir mal. Si el último comentario es el que se queda fijado en tu mente como un post-it, no lo dudes: está funcionando tu sesgo de negatividad.

Tu cerebro lo interpreta como un aviso de peligro y se pone en modo protector. No quiere que te expongas, ni te arriesgues.

Ejercicio 1

Párate y observa la situación que estás viviendo de la forma más objetiva posible. ¿Cómo estás respondiendo a ella? ¿Hacia dónde apuntan tus pensamientos?

Intenta reconocer si te está influyendo tu sesgo de negatividad.

Una vez que lo identifiques, podrás comprender que posiblemente tu respuesta a esa situación no sea exactamente “tuya”, sino una reacción evolutiva ante una situación desequilibradora o amenazante.

Ya estás en el buen camino.

Ahora, respira hondo y toma perspectiva: si sientes que ese pensamiento no tiene base real, entonces debes seguir adelante.

Visualízate con ese cambio ya incorporado en tu vida.

Y continúa.

.

👉 2. Atención intermitente: las distracciones son un lastre

Para sacar adelante lo que sea que te hayas propuesto, hace falta una actitud sostenida en el tiempo.

Por tanto, la atención es otro factor importante para apuntalar tu fuerza de voluntad, y si quieres prosperar, vas a tener que empezar a detectar cuáles son los “devoradores” de atención.

Me refiero a esos que hacen que no seas capaz de mantener el foco durante un tiempo prolongado, o que estés cambiando continuamente de tarea sin terminar lo que estabas haciendo.

Hay muchas trampas en las que se puede quedar enganchada tu atención, pero te digo la principal: los dispositivos digitales, con el móvil en el puesto number one.

Sí, el móvil, ese artilugio tan práctico… y tan responsable de que tengas eso que se llama atención fracturada o intermitente.

  • ¿Alguna vez te has puesto a escribir un email y no terminas, porque lo interrumpes siete veces?
  • Te subes a la cinta de correr pero no puedes evitar contestar esas llamadas que entran, no vaya a ser…
  • ¿Y eso de empezar a ver una peli mientras sigues pendiente del WhatsApp?

Si sabes de qué estoy hablando entonces estarás de acuerdo conmigo en que los móviles son “devoradores” de la atención. Es un tema que me preocupa desde hace tiempo, y por eso hago mucho hincapié en que debemos aprender a desengancharnos. Si quieres saber más, lee aquí cuál es mi propuesta de detox digital.

Cuando vives enganchado a los dispositivos digitales, tu cerebro se acostumbra a saltar de una cosa a otra. Pierdes enfoque y capacidad de atención, y eso no beneficia precisamente a tu fuerza de voluntad. Por eso, el mindfulness es la mejor herramienta que hay para entrenar la atención plena.

Ejercicio 2

Mantén tu atención enfocada en alguna parte del cuerpo. Da igual la que elijas: un brazo, la oreja derecha o tu estómago. Que tu atención permanezca ahí.

De ese modo se irá fortaleciendo.

Ten en cuenta que es un ejercicio sencillo que puedes realizar sin grandes preparativos. Basta con unos minutos para entrenar tu atención.

Como ya te dije otras veces, no subestimes el poder de las micromeditaciones.

👉 3. Falta de apoyo: el grupo refuerza tus objetivos

Si quieres mantener el timón y no soltarlo hasta conseguir tu objetivo, debes usar todas las armas.

Una de ellas, y muy potente, es el apoyo de los demás.

Somos gregarios, vivimos en sociedad y necesitamos la relación con las personas. Por tanto, conseguir tus metas puede ser un poco más fácil si no lo haces solo.

¿Por qué no buscas a personas que persiguen los mismos objetivos que tú?

Por ejemplo: si te has propuesto empezar a correr y no sabes cuánto te va a durar el impulso, busca un club de running y apúntate:

  • Aprenderás más.
  • Participarás en actividades.
  • Harás amigos y te “retarás” con ellos.
  • Te dará menos pereza salir a correr en grupo que hacerlo en solitario.

En definitiva, la motivación para continuar será mucho mayor.

Y así con todo.

El acompañamiento de personas con objetivos comunes reforzará tu decisión, y hará más difícil que abandones por el camino.

Es algo que cuido mucho, por eso en el curso El arte de meditar de tal forma que funcione tienes un grupo en el que los compañeros comparten sus sensaciones con la práctica de la meditación.

Me consta que es de una gran ayuda, especialmente cuando hay días más difíciles y necesitas un extra de motivación.

Y si no quieres ni un curso ni una terapia y solo buscas una comunidad con mucha acción, tienes que conocer el Good Karma People, club de estilo de vida mindfulness, con un montón de actividades y un grupo de compañeros para acompañarte.

Ejercicio 3

Haz un repaso de tu entorno y la gente que te rodea para saber si son un apoyo para ti o todo lo contrario.

Verás qué sencillo:

  • Coge un folio y escribe tu nombre del lado izquierdo.
  • A continuación, dibuja 3 renglones y escribe los nombres de las 3 personas con las que te más te relacionas, los más cercanos.
  • Luego dibuja otros 3 renglones y anota a otras 3 personas con las que te relacionas bastante, pero menos que con los anteriores.
  • Seguidamente, otros 3 renglones… Los más alejados de ti sobre el papel serán los que menos relación tienen contigo.
  • Escribe al lado de cada nombre, un número del 1 al 10, según te resulte más inspirador (1) o menos (10) en tu vida o en los cambios que quieras realizar.

Y ahora reflexiona: ¿dónde están los que se han llevado las mejores puntuaciones? ¿Los tienes cerca de ti o lejos? Quizá en ese momento te lleves alguna sorpresa.

Si es así, es momento de reorganizar ese “mapa de relaciones” que has hecho y acercar más a las personas que más te inspiran y, por tanto, te brindan más apoyo.

✅ Si no lo consigues, no renuncies: tener fuerza de voluntad depende de varios factores

¿Y si, aún con todo eso, no lo logras? ¿Y si abandonas antes de llegar a tu objetivo?

Que no cunda el pánico.

En primer lugar, perdónate. No te machaques por haberlo dejado.

Analiza qué hizo que te desviases de tu objetivo inicial. Saca tus conclusiones y, con mucha suavidad y sin juicios, date la oportunidad de intentarlo de nuevo.

También tienes que tener en cuenta una cosa muy importante: a veces no tiene sentido forzar las cosas.

Me explico:

Puede ser que no estés bien psicológicamente o que estés pasando por una temporada de mucha ansiedad. Si es así, puede que nada de lo anterior funcione.

Primero tendrás que quitarle a tu mente esa losa que tiene encima, porque si estás luchando contra la ansiedad no vas a tener energía para alimentar la fuerza de voluntad.

No se puede estar a todo.

Quizá necesites terapia individual para reenfocarte de forma rápida y desarrollar herramientas que te ayuden a comprenderte, desbloquearte y tratarte bien.

O puedes probar con el método ADLA, para liberarte de la ansiedad aprendiendo de ella.

Y cuando te sientas con energía, entonces sí: a entrenar tu fuerza de voluntad.

✅ Llega la hora de practicar cómo tener fuerza de voluntad

Con lo que te he explicado hasta ahora ya tienes trabajo, así que ponte manos a la obra. Los resultados llegan con la práctica, entrenando tu mente igual que entrenas tus músculos en el gimnasio.

Y una última cosa: no te pierdas mis novedades y el email (casi) diario que mando a mis suscriptores. Anótate en el Mindful Club. Es gratis y te aseguras de tener siempre a mano las píldoras mindful que necesitas para el día a día.

¿Nos vemos? 😉

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