La vida pega palos.
Y a veces de los gordos.
Y a dos manos.
Uno de estos palos que está a la orden del día es un diagnóstico de cáncer.
De repente, tras recibir ese bofetón de la vida y ver como todo se tambalea, hay una pregunta a la que tienes que responder:
¿Y ahora qué?¿Qué voy a hacer con esto?
Las reglas del juego cambian, y hay quien termina por dar las gracias a todos los aprendizajes del proceso. Así de relativo es todo lo que vivimos cada día.
Me viene a la mente esa célebre frase de Viktor Frankl estando en el campo de concentración nazi por ser judío:
«Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está la libertad que nadie te puede robar.»
Paqui sabía de esto cuando recibió una noticia impactante este verano: cáncer de ovarios.
Sabía que tenía que ser fuerte, pero nadie nos ha dado los recursos necesarios para saber gestionar las emociones ni hacer frente a todo lo que viene cuando uno recibe la noticia de que tiene cáncer
.
Las investigaciones científicas demuestras que casi la mitad de las personas que tienen o han tenido cáncer tendrán algún problema emocional -trastorno depresivo, trastorno de ansiedad, etc…
El estrés y el miedo son emociones que acompañan 24h al día relacionados con los tratamientos y con la evolución de la enfermedad, además de los pensamientos rumiativos sobre la salud.
Esto es muy importante trabajarlo porque está presente y afecta incluso después de que el cáncer se haya superado.
¿Por qué necesitamos tener herramientas después de haber superado un cáncer?
Porque siempre queda el miedo a que el cáncer vuelva, el miedo hace rumiar y la rumiación es la puerta de entrada a todos los problemas psicológicos. (En este post te explico la relación con la ansiedad, la depresión, obsesiones, etc.)
El miedo a que algo malo vuelva a ocurrir es algo con lo que todos tenemos que aprender a vivir. Si has tenido un accidente de coche grave, un diagnóstico fuerte como el cáncer, o has sido víctima de una violación en la calle… siempre queda un rastro emocional.
El cuerpo no puede borrar esa sensación de vulnerabilidad y es muy importante que seamos dueños de nuestras emociones con la mejor actitud posible.
El reto es gestionar la experiencia con mucho amor y compasión sin dejarnos llevar por las emociones difíciles que inevitablemente acompañarán.
Por esta razón el mindfulness es una práctica muy consolidada en la psicooncología.
¿En qué ayuda el mindfulness para el cáncer?
Los estudios revelan que principalmente la mejora y el gran poder del mindfulness en los procesos de cáncer es el efecto que tiene en el estrés disminuyendo el poder devastador del cortisol (hormona del estrés) a nivel físico y psicológico.
La asociación de oncología integrativa recomienda la práctica de Mindfulness en los procesos de prevención, tratamiento y postintervención en el cáncer. Podéis ver más información aquí y es una práctica también reconocida por el colegio oficial de psicólogos como podéis ver en este artículo del infocop.
Además de la reducción del estrés, el mindfulness ayuda en otros procesos durante la superación de un cáncer:
- Actitud positiva.
- Flexibilidad psicológica.
- No rumiar sobre todo lo negativo que pueda ocurrir.
- Mejorar el sueño.
- Tener capacidad de gestionar las emociones y no entrar en el bucle de miedo al miedo.
- Evitar problemas psicológicos.
- Conectar con lo significativo y valioso de la vida.
- Desarrollar compasión y amor hacia uno mismo, el propio sufrimiento y el de los demás. Este punto es especialmente terapéutico.
Andrés Martin, un gran profesional de la atención plena imparte cursos de mindfulness en los hospitales, donde ayuda a personas que están en procesos oncológicos y en este post cuenta diferentes historias inspiradoras de los participantes durante el curso.
Una mujer en fase terminal abandonó el curso dos semanas antes de que terminara porque decidió superar su miedo y hacer un viaje sola. Con el curso se dio cuenta de que de verdad tenía ese deseo y no viajaba por miedo.
Además de los efectos psicológicos del mindfulness y el trabajo con la fuerza interna, el humor y la gestión emocional, a nivel físico tiene muchísimos otros efectos que fácilmente encontráis en internet.
Pero hoy quiero compartir la fuerza que tenemos las personas cuando cogemos el volante de nuestra vida y nos comprometemos de verdad con nosotros mismos.
Cuando entendemos esa frase de Viktor Frankl.
Por cierto: recomiendo encarecidamente a cualquier persona que esté pasando por una etapa que crea que le vaya a superar, que lea el libro «El hombre en busca de sentido». Ahí Viktor Frankl explica de una forma muy cruda pero sumamente ejemplar el poder ilimitado que tenemos las personas de gestionar la experiencia que tenemos independientemente de las circunstancias.
Eres la única persona que tiene la capacidad de decidir qué vas a hacer con esto que la vida te está poniendo por delante.
El mindfulness ayuda a poder identificar y alargar ese espacio de reacción entre lo que ocurre y cómo nos afecta.
Entonces, Paqui recibió la noticia del cáncer de ovarios y coincidió con que yo estaba invitando a algunas personas a probar el curso de mindfulness para la ansiedad antes de grabar en video el curso definitivo.
Decidió hacerlo y esta semana me escribió este email tan sumamente precioso.
Hemos terminado el curso hace 2 semanas y hoy leyendo estas palabras que ha escrito, veo a una verdadera maestra.
Por eso he querido compartir con vosotros este testimonio, porque no tengo nada que añadir y sin embargo mucho de lo que inspirarme ante la fuerza que tenemos las personas.
Comparto sus palabras:
Un testimonio de superación personal con mindfulness en la superación del cáncer.
Este verano la vida me dio un golpe duro, y perdí el norte de mi vida.
El curso de mindfulness contigo llegó a mí en el mejor momento, cuándo más lo necesitaba. Recuerdo que recibí tu whatssap con la información estando en el hospital, y de pronto vi una luz.
Me alegro tanto de haberla seguido…
No sabría explicar todo lo que me ha aportado.
He conseguido darme cuenta de que a mi 43 años nunca había sido tan consciente de mi vida: de lo que hago, de las cosas que he hecho mal, de las que sigo haciendo.
Pero por primera tengo una ilusión muy grande, y mucha esperanza porque sé que estoy en ello.
Es cuestión de practicar todo lo que me has enseñado.
Había acudido a psicólogos en varias ocasiones , porque llevaba tiempo que no me encontraba bien y hasta ahora no había conseguido nada.
Siento un gran cambio en mí, me emociono cuando te escribo estas palabras porque había sufrido mucho.
Y ahora aunque me queda y tengo mucho tarea, puedo decirte que sé, que he sentido la felicidad, y lo más importante que me has abierto el camino a ella.
No importa el sitio, las circunstancias, la gente Me rodea…Soy yo, mi mente calmada y tranquila la que me hacen feliz.
Pero aún me cuesta, tengo un gran trabajo por delante, que me ilusiona y quería compartirlo contigo.
Decirte también que la meditación me ayuda mucho en el tema del cáncer. A la hora de hacerme pruebas, me ayuda muchísimo.
Yo siento muchísimo miedo cuando me hacen algo. Conectarme con mi cuerpo me ayuda, sentir ese miedo , respirar y sentirlo. De verdad mucho más llevadero.
Aún necesito mucho no rumiar en el tema de mi salud.
No puedo controlarlo, hay días que me sumerjo en pensar que me ocurrirá y me pierdo la vida que tengo delante.
Es muy importante para mí controlar el rumiar. Porque tengo claro que yo quiero vivir plenamente mi vida, independientemente del estado de salud.
No sé cómo darte las gracias por todo lo que me has aportado.
Me gustaría muchísimo que en alguna ocasión pudiéramos compartir una meditación en persona, me gustaría muchísimo escucharte en vivo.
Yo sigo meditando y meditando y confío en conseguirlo.
Ahhh también quería decirte que me encanta todo lo que escribes, me ayuda mucho.
GRACIAS , GRACIAS POR TODO
3 Consejos para quienes comenzáis a practicar mindfulness en los momentos más duros.
Sobra decir que según vi el email no pude contener las lágrimas de emoción y agradecimiento.
Los cursos de mindfulness online pueden parecer lejanos, pero se pueden conseguir grandísimas cosas cuando el profesional y el participante se implican de verdad.
Yo he sentido muy de cerca a muchas de las personas que estaban haciendo el curso, y a diferencia de los cursos presenciales, por ser online teníamos ese contacto diario en la comunidad del curso donde podíamos comentar cosas, compartir con los compañeros y aprender de la experiencia de los demás.
La lástima para mí del formato online es no poder dar un abrazo a alguien como Paqui que aún con todo lo que está luchando internamente, de verdad se esfuerza, hace los ejercicios, lo reflexiona, lo integra y se compromete.
A todas esas personas guerreras, de verdad, gracias.
Por favor, compartid vuestras experiencias porque es lo que otras personas que se sienten en jaque mate necesitan escuchar/leer y ver para darse cuenta de que trabajando con nuestra mente podemos dar un buen revés a la situación y aprender cosas realmente valiosas que te ayudarán de aquí en adelante cada día de tu vida.
Entonces ¿Qué te digo Paqui, a ti y al resto de personas que puedan estar en esta situación trabajando con sus mentes, tratando de integrar la práctica de Mindfulness a su día a día en situaciones difíciles?
1.Un curso de mindfulness no termina.
Lo que vemos son pilares fundamentales que sembrar.
Hemos añadido una gran planta al jardín en el que vivimos y ahora toca cultivar esa semilla, cuidarla, integrarla, etc.
La visión del mindfulness y el enfoque ACT no es algo que esté en el día a día sino todo lo contrario. Por esa razón es importante no olvidarse de lo que practicamos, experimentamos meditando, comprendemos leyendo.
Es un camino de aprendizaje de vida, aprendizaje de ti misma.
Este aprendizaje no termina nunca, así que hay que abrir los ojos al proceso de aprender, cuidarse y comprometerse con la vida, entendiendo que no va a llegar el momento donde puedas decir: «lo conseguí y ya se terminó. Ya puedo volver al piloto automático y a soltar el volante.»
Una de las razones por las que nació este blog es precisamente la necesidad de tener un sitio al que acudir con cierta frecuencia y donde poder recuperar esa comprensión, el por qué de la importancia que tiene practicar los ejercicios de Mindfulness, el sentido psicológico y vital que está detrás de la actitud mindfulness:
- De la aceptación.
- La paciencia.
- La flexibilidad psicológica.
- Los valores.
- La importancia del contacto con el momento presente.
- Ser consciente de ese verdadero yo que es la mami, la líder de todo lo que ocurre dentro.
Y por este punto importante he creado un mini-curso de meditación y mindfulness, totalmente gratis.
Si no te has apuntado, puedes hacerlo aquí y seguir durante 4 días este mini-curso de mindfulness y meditación.
El tiempo de práctica de meditación.
Cuando alguien hace un curso como el que hemos hecho de muchas semanas de mindfulness podemos coger perfectamente la idea e integrarla, y con muchos recursos ir impregnando nuestro día a día de técnicas mindful que no toman tiempo.
En los casos donde uno en general está bien pero quiere mejorar y tener herramientas para vivir mejor no es tan necesario respetar sí o sí el tiempo de meditación con frecuencia.
Pero cuando estamos en una etapa difícil es muy importante dedicar un tiempo diario a la meditación, aunque sean 20 minutos, y usar el resto de herramientas sobre la marcha para fortalecernos todo lo posible.
Podemos decir que ahondamos bien las raíces con la meditación mindfulness y con el resto de ejercicios de flexibilidad psicológica, las visualizaciones, los ejercicios de compasión, actividades mindful, etc, cuidamos esa planta que tiene bien asentadas sus raíces.
3.Cultiva la compasión como mejor antídoto frente al dolor/miedo/sufrimiento.
La compasión es una habilidad de fortaleza interna y actitud abierta sin miedo hacia el dolor muy relacionada con la resiliencia, que es la capacidad de sobreponernos fuertes frente a los golpes de la vida.
Un pequeño ejercicio para trabajar con compasión hacia nuestro propio sufrimiento es:
- Observar el dolor o las emociones difíciles que estemos afrontando.
- Poner una mano encima de esa sensación,
- y permitirnos sentir eso. Permitir a esa emoción que esté ahí. Transmitiendo cariño con tu mano sumamente posada.
- Mientras respiras hondo y tratar de expandir tu cuerpo.
No permitirnos sentir lo que sentimos es un acto que genera muchísima tensión interna más sufrimiento. La aceptación que es un aspecto de la compasión, nos da fuerza y nos repone en nuestra posición de «yo auténtico», de cuidadores de nuestras propias emociones.
No tenemos que tener miedo a lo que sentimos, y os invito a experimentarlo desde esa nueva perspectiva.
Otro aspecto importante de la compasión para estos momentos de sufrimiento por un proceso lucha contra el cáncer, por ejemplo, es el darnos cariño. Esta es una manera muy eficaz de cuidar la autoestima (te cuento 6 formas más en este post de mindfulness y autoestima).
Aprende a ser bueno contigo y darte mucho amor, cuando estés bien y especialmente cuando estés mal.
Te propongo que en vez de luchar negativamente tratando de reprimir pensamientos o emociones, recuerdes que el mejor antídoto es el amor, y practiques darte un gran abrazo transmitiéndote lo que le transmitirías a una persona que ames y esté pasando por ese momento.
Puedes practicar con mi ayuda siguiendo este ejercicio en video.
Si algo bueno tiene mi trabajo es ayudar a las personas.
No hay más razón por la que haga las terapias, escriba estos post y haga los cursos más que el puro interés en ayudar y la felicidad que da ver esos procesos de transformación.
Gracias a todos los que estáis ahí luchando y asumís la responsabilidad y el potencial que tenéis en vuestras manos de poder transformar vuestra experiencia y vivirla de una forma más plena.
Nunca os rindáis.