Sesión 2- El corazón de lo que enseñamos

Bienvenido a esta segunda sesión del programa Camino del Instructor de Mindfulness y Meditación. 

Vamos a avanzar con un tema especialmente interesante e importante que nos lleva a los cimientos de qué es el mindfulness (lo entenderemos a través de un águila), por qué ha aparecido el concepto de Mc Mindfulness y las 5 experiencias que hemos de tener como instructores para poder hacer con sentido y profundidad los procesos de acompañamiento y enseñanzas. 

Abrimos mente y corazón, y vamos allá. 

En primer lugar hemos de entender que cuando damos alguna formación de mindfulness y meditación estamos enseñando un proceso al despertar de la consciencia. Eso es lo que ayudará a que las personas aprendan a mirar a dentro, a VER y despertar esa sabiduría interior a la que Buda nos alentaba a descubrir. 

De hecho, cuando Buda murió, en sus últimas palabras dijo: 

“Puedo irme muy tranquilo. No me he quedado nada. Os he compartido todo mi conocimiento. No os creáis nada por el hecho de que un Buda lo haya explicado. Sed vuestra propia luz y guía”. 

Y el propio Buda fue quien dio las enseñanzas de meditación y mindfulness como vehículo para lograr eso. 

Sin embargo, con frecuencia al hablar del mindfulness y de qué es mindfulness se explica simplemente como “un entrenamiento de la atención”. Y no es así. Hay muchas técnicas para entrenar la atención y no necesariamente se estaría integrando el mindfulness. 

Un tenista desarrolla mucha atención y puede no acercarse a las enseñanzas del mindfulness ni a la meditación. O un francotirador en el ejército, que perfectamente podría dar un curso de entrenamiento de la atención, pero no un taller de mindfulness. 

El Mindfulness es un proceso de despertar de la conciencia en el sentido de que uno mismo aprende a encender su propia luz y ser su propio guía, de una forma sabia. 

Para que ese proceso se despliegue con éxito con frecuencia se usa la metáfora de un águila que tiene dos alas:

Si el águila es la conciencia, para que se despliegue y vuele necesita el ala de la atención (la cual es el FOCO que nos permite hacer la otra parte del trabajo) y el ala del amor-compasión, muy vinculada a la aceptación radical de la vida en sus expresiones. Algunos maestros la llaman “el ala del corazón abierto”. 

¿Y por qué estas alas?

Porque el despertar de la consciencia que enseña el mindfulness usa la atención (el foco de la mente) como el vehículo para relacionarnos con aquello en lo que estamos poniendo la atención de una forma diferente. 

Esta forma diferente son las dos caras de la misma moneda explicadas por el Buda y que han de permear todo. Tienen que ver con la sabiduría del amor (deseo de felicidad y acción hacia ello) y la compasión (deseo de liberar del sufrimiento y acción hacia ello). 

Pero este amor y compasión requieren de un abanico de cualidades de la mente plena, como la aceptación, la bondad, la sabiduría, la paciencia, la gratitud y otras más. 

Siendo esto tan importante es muy erróneo decir que el mindfulness es un entrenamiento de la atención simplemente, o que consiste en estar presente y ya. 

Sin embargo por la calle con frecuencia verás que la gente tiene ese concepto, y es que ciertamente hay muchos cursos en los que se está enseñando así. Muchos instructores así lo tratan por falta de una buena formación y experiencia y porque muchos profesionales están saltando al “boom del mindfulness” y quedándose solo en la “apariencia” de lo que el mindfulness es: una supuesta técnica para “vivir el momento presente”. 

Cuando en realidad eso es solo una acepción de una de las alas: la de la atención. 

Pero esa concepción, ni explica el ala completa de lo que significa el foco en el mindfulness, ni muestra el otro 50% que es más complejo y el que permite los procesos de transformación: el ala del corazón abierto. 

Esta amputación de un ala en el mindfulness y la tendencia que hay a enseñar mindfulness en una versión tan light, tan procesada y superficial, y tan desconectada de las enseñanzas en las que se sustenta para dar resultados verdaderos y a largo plazo, es lo que se llama y denuncia como Mc Mindfulness. 

Este término se ha acuñado en EEUU. Ya hay un libro publicado sobre esta marketinización del Mindfulness en una versión malentedida. Este libro ha disparado en los medios una serie de artículos de críticas al mindfulness cuando en realidad lo que están criticando es un mal entendimiento o una mala praxis de Mc Mindfulness dadas seguramente por el desconocimiento de los instructores, pero que no se hacen ningún favor a si mismos, ni a sus alumnos ni a las propias enseñanzas ni a los instructores que enseñan con conocimiento y experiencia en los fundamentos. 

Solo un ejemplo sería el artículo de El País, muy sonado, titulado “las sombras del mindfulness”. 

Por eso, enseñar requiere mucha responsabilidad y una formación consistente, aunque a día de hoy no haya nada oficial. 

Además de conocer estas dos alas de la consciencia: atención plena y corazón abierto, hay una serie de experiencia que hemos de integrar como instructores de mindfulness. 

Toda una aventura. 

Son estas:

  1. Conocer los fundamentos tradicionales del mindfulness como formación básica para transmitir el camino hacia la sabiduría y la libertad. 

Es un poco lo que hemos visto hasta ahora en esta sesión. 

  1. Tener la experiencia de lo que significa tener una apertura amorosa hacia las emociones y estar en presencia con ellas.

Hemos de comprender qué significa realmente aceptar. Qué significa abrirse a una experiencia. Qué significa ser compasivo hacia una emoción, pensamiento o situación. 

Hemos de comprenderlo, pero hemos de experimentarlo. Y no solo eso ¿cómo se enseña? 

Con frecuencia los alumnos se quejan de que algún instructor les dice “acepta, simplemente acéptalo” pero… los alumnos no sabían aplicar esas palabras del instructor. 

Y este aspecto que es absolutamente imprescindible para la experiencia del mindfulness… es crucial en el éxito del alumno. 

Saber invitar al otro a tener la experiencia. Pero el instructor ha de saber transitar esa experiencia de aceptación, apertura a las emociones/situaciones, etc. 

No es tan sencillo encontrar un instructor así y es lo que marca la diferencia. Tener esa experiencia integrada y saber transmitirla. 

3.Habilidad de trabajar y trascender a las estructuras de pensamientos y creencias.

Al igual que el punto anterior, pero aplica a lo mental. El instructor y guía ha de tener un adecuado comprensión de lo que significan los pensamientos y las creencias, así como la experiencia de cómo relacionarnos con ellos con la atención plena y el corazón abierto, dar muestra de ello y saber enseñar a los alumnos o pacientes a hacerlo también. 

Para poder experimentar esto y tenerlo integrado para transmitirlo es algo que trabajamos a diario en nosotros mismos. 

Este aspecto que está relacionado con lo que en Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) se llama defusión es uno de los aspectos más terapéuticos y liberadores, así que el hecho de trabajarnos a nosotros mismos para tener dominio en este punto es algo que agradeceremos de por vida, y que hará que conozcas los procesos y experiencias en ese aprendizaje, por lo que sabrás ayudar adecuadamente a otros a hacerlo. 

  1. Cultivar la sabiduría de cómo vivir sabiamente en una vida de impermanencia.

El corazón abierto y la atención plena se desarrollan en una persona que vive en un mundo con sus leyes. Una de las leyes es la impermanencia de todo. Todo es impermanente. Todo está en constante cambio….

Como dice uno de mis maestros, Fernando de Torrijos, a nuestros estudiantes les ayudamos simplemente a saber ser humanos con mentes humanas que viven vidas humanas. Y es una gran aventura. Porque la mente no para, la vida no para, y todos nosotros queremos ser felices, no sufrir y controlarlo todo. 

Un buen cocktail. Suena divertido, pero en la práctica no lo es tanto ¿verdad? 

La sabiduría es saber vivir en todas estas turbulencias, en la vida con sus leyes, con las leyes de la mente, con toda la experiencia cambiante en su magnitud, pero encontrar el camino que nos permite ser felices aún así. 

Enseñar esto nos implica trabajar nuestra experiencia con esto a diario, comprenderlo, transitarlo y así poder transmitirlo. 

Esto también es uno de los grandes tesoros de la enseñanza diaria, porque este aspecto… es una de las llaves de la vida. 

  1. Explorar e integrar las cualidades que dan lugar a la experiencia de corazón abierto: bondad amorosa, compasión, alegría, ecuanimidad, mente de principiante, perdón y generosidad.

Dijimos antes que el despertar de la conciencia al que invitamos cuando enseñamos métodos de mindfulness tiene el ala de guiar nuestra atención (o foco, que sería la palabra más adecuada y que usan los tibetanos), y el ala de cómo es esta atención: con amor y compasión. 

Para reconectar con el amor y la compasión que de acuerdo con las enseñanzas son nuestro estado natural y ya están dentro (solo necesitamos limpiar los velos que impiden que nuestras cualidades se desplieguen), hemos de conocer y activar lo máximo posible en nuestro día a día las cualidades que dan lugar a la experiencia del corazón abierto. 

Estas cualidades las vemos con frecuencia en los maestros de meditación yogis, lamas, instructores de mindfulness, etc. Son el vehículo para que cada día más naturalmente experimentemos el ala del corazón abierto. 

Y estas cualidades son, entre otras: bondad amorosa, compasión, alegría, ecuanimidad, mente de principiante, perdón, ecuanimidad, gozo y generosidad.

Cuando las integramos, no solo somos más felices sino que cada enseñanza que demos, ejercicio que guiemos, pregunta que respondamos o proyecto que desarrollemos será siempre desde esa motivación y con esas cualidades activas. 

Una bendición para uno mismo y para los otros. 

Suena más tedioso de lo que es. En realidad es un proceso precioso y un regalo poder tomar consciencia de esto y activarlo a diario. Muchas cosas se transforman alrededor 🙂

Deseo que esta sesión te haya aportado luz e inspiración, y que no te haya saturado, sino aclarado y motivado en el gran desarrollo interno que se va desplegando de forma natural, sin esfuerzo, cuando avanzamos en este camino. 

Y ahora, como decía el Buda: “no me crean”. Vamos a verificar un poco todo esto a través de tu propia experiencia. 

EL EJERCICIO:

Los conceptos han terminado por esta sesión y ahora toca el ejercicio, el autoconocimiento y la escucha interna:

Siéntate cómodamente por favor y cierra los ojos. Haz unas respiraciones acompañándote y dejando pasar los sonidos, pensamientos y sensaciones sin evaluar nada. Vamos a dejar caer los conceptos y lo removido, como la nieve de las bolas navideñas. 

Con la mente más calmada, te invito a reflexionar sobre dónde en el pasado te has sentido habitualmente atascado emocionalmente, dónde ha habido sufrimiento, cuáles han sido los grandes retos de tu vida. Explóralos y anótalos en tu libreta de este Camino. 

Después considera: ¿cómo estas enseñanzas de la atención plena y la compasión han ofrecido una aproximación curativa a tu corazón y su mente? ¿Cómo cambiaron tu vida?¿en qué momentos han supuesto un cambio?

Permítete unos minutos para explorar, ver, respirar y echar un vistazo con unas nuevas gafas a tu historia. 

Esto forma parte de los ejercicios del instructor de mindfuless. Necesitamos conocernos, ver, aprender de nuestra historia y ver cómo las enseñanzas se muestran en nuestra historia. 

Escríbelo, y si te gustaría compartirlo, estaremos deseando leerte en el grupo de Facebook de Camino. 

Compartir la experiencia forma parte también de las experiencias del mindfulness. 

Gracias por estar ahí. 

Alba Valle, Loca Sabiduría. 

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